Andrés Panasiuk

post-header

¿Alguna vez has sentido el deseo de irte muy lejos para olvidar las presiones del dinero? El deseo de escapar es una señal de advertencia que surge en la autopista de nuestra vida financiera. Si quieres escapar, puede ser que estés sufriendo lo que llamamos “esclavitud financiera”.

Si sientes que debes salir de la situación en la que estás, mudarte, cambiar de ciudad o cambiar de país… Es tiempo de que les hagas caso a las señales de advertencia. Abre los ojos y presta atención. 

Algunas personas dicen: “ya no aguanto más, me quiero mudar a otro lado, quiero comenzar de nuevo”. Si eres de los que piensan así, es posible que estés atravesando problemas financieros bastante serios y no puedes ignorar la situación. No escapes, te ayudaremos a enfrentar las cosas. 

El problema está en que no queremos arreglar los problemas internos de nuestra vida. La forma en la que manejamos nuestro dinero es una de las expresiones de nuestra condición espiritual interna. Los problemas financieros que tenemos reflejan los problemas que hay internamente. 

Antes de arreglar lo financiero debes reparar esa situación interna. De lo contrario, acumularás tantos problemas que, al huir para evitarlos, repetirás los mismos errores con el tiempo. El problema no son las circunstancias económicas que vive el país en este momento, el problema está dentro de nosotros mismos.

Cuando las cuentas se acumulan: los padres ayudan a los hijos, la esposa consigue otro trabajo, el esposo establece un nuevo ingreso… Todos trabajan para aumentar la cantidad de entradas dentro de la casa. Aunque esto sea positivo, no es la solución del problema. La respuesta no está no en ganar más, sino gastar menos.

Pregúntate: ¿no será que tenemos problemas de orden, paciencia, prioridades, planificación, comunicación y madurez con las que tomamos decisiones económicas?

Uno de los grandes descubrimientos que hemos hecho a través de la experiencia financiera es que el dinero, en realidad, no es un problema.  La crisis financiera es el resultado —la consecuencia final— de una serie de problemas distintos.  Puede que uno tenga deudas, pero las deudas no son lo que debemos arreglar. La raíz de la situación puede ser un problema de orden, de autocontrol o de dominio propio. 

Recuerda: si quieres huir, ¡no lo hagas! Descubre la esencia de los problemas que te causan dolores económicos y soluciona la situación.  Ahorrarás tiempo, esfuerzo y, sobre todo, un pasaje de avión al medio del océano Pacífico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *