Andrés Panasiuk

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La forma en la que percibimos el mundo y las cosas que nos rodean se determina según “paradigmas”. Los paradigmas son elementos poderosos en nuestras vidas. Son el lente a través del cual interpretamos la realidad.

Los paradigmas proveen el ambiente para la toma de decisiones en nuestras vidas. Tanto las buenas, como las malas. En el ámbito de las finanzas, son el “mapa” que nos permite entender dónde estamos, a dónde queremos ir y cómo llegaremos a cumplir nuestras metas económicas. Uno de los primeros paradigmas que debemos cambiar en nuestra vida es la forma en la que nos vemos a nosotros mismos en relación con las cosas que nos rodean.

En cuanto al área del manejo económico, es interesante notar que las tres religiones más extensas del mundo (la del pueblo cristiano, el musulmán y el judío) tienen en común una creencia: existe un Creador y nosotros, sus criaturas, fuimos colocados en este mundo para “administrarlo”.

A lo largo de los años, hemos notado que la capacidad de una determinada persona para verse a sí misma como “administrador” o “gerente” de las cosas que posee es determinante. Influye en el proceso de tomar las decisiones adecuadas o equivocadas para alcanzar la prosperidad integral. Permítenos aclararte el concepto con un ejemplo.

Veamos el caso de un amigo que se llama Roberto. Vive en Venezuela y es gerente general de una cadena de supermercados. Esta empresa tiene más de cincuenta negocios en todo el país. Al llegar el fin de año, Roberto nota que uno de los supermercados en Maracaibo no anda bien. Da pérdidas desde hace tres años y, a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho para reavivar el negocio en esa zona, este año terminó con pérdidas nuevamente. Entonces, ¿qué debe hacer Roberto con ese supermercado? Probablemente debería cerrarlo y estudiar la posibilidad de abrir otro en alguna otra parte.

Por otro lado, está Federico. Vive en Puerto Rico y tiene una tienda que fundó su abuelo. El abuelo se la dio en heredad a su padre y su padre se la pasó en herencia a él después de unos años. El problema es que, en los últimos tres años, el negocio no ha andado bien. El año pasado dio serias pérdidas y este año está peor todavía.

¿Qué debería hacer Federico con la tienda en Puerto Rico? Probablemente lo mismo que Roberto. Pero la pregunta clave es: ¿a quién le va a costar más, emocionalmente, cerrar el negocio?, ¿a Roberto o a Federico? Puede que Roberto no sufra como sufrirá Federico en el proceso de cerrar el supermercado.

¿Por qué? Porque Roberto es simplemente un gerente, un administrador de una cadena de supermercados. Para él, la decisión es clara y la toma con la cabeza fría de un administrador. Tendrá problemas, será complicado, pero la historia con Federico será muy diferente. La diferencia está en que la tienda de Federico es suya, él es el dueño.

Si no puedes mirar las cosas materiales con la cabeza fría de un administrador, entonces debes tener mucho cuidado con la forma en la que arriesgas tu capital. Recuerda que uno debe morir para vivir, dar para recibir y perder para ganar. Esa es la gran diferencia entre ser dueños y ser administradores.

El primer principio que debemos aplicar a nuestra vida financiera es que tenemos que aprender a ser administradores de las cosas que tenemos y NO dueños. El dueño tiene dificultad en tomar las decisiones difíciles que se necesitan tomar y, muchas veces, las toma demasiado rápido. El administrador sabe que las posesiones que maneja no son suyas. Por lo tanto, puede tomar las decisiones difíciles de manera fría y a tiempo. Esta es, en ocasiones, la diferencia entre la vida y la muerte económica.

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